Como expertos en caja registradora en Vitoria hoy te vamos a contar algunos detalles sobre la historia de estos mecanismos que tan imprescindibles se han vuelto en el mundo del comercio y que nacieron con la voluntad de evitar pequeños hurtos por parte de los trabajadores de tiendas diversas.

Sus orígenes se remontan a finales del siglo XIX, una época de la que se conservan ejemplares que funcionaban mediante una manivela que se activaba manualmente. En concreto, se patentó en el año 1883, tras inspirarse su inventor en una máquina que contaba las revoluciones que daba un propulsor de los famosos barcos de vapor de la época.

Gracias a este origen, podemos disfrutar de modernas y actuales caja registradora en Vitoria en nuestros días. Fue en 1984 cuando incorporó un rollo de papel donde quedaban reflejadas todas las transacciones que se llevaban a cabo a través de la caja registradora. Así, era mucho más fácil contabilizar y visualizar las operaciones matemáticas.

Tras esta renovación, los derechos fueron vendidos a un vendedor de cristalería y porcelana de EE. UU., quien se encargó de crear una empresa que se dedicó en exclusiva a manufacturar este tipo de máquinas. Ya en 1906 se introdujo en ellas el motor eléctrico, un avance más en la historia de la caja registradora.

Los avances tecnológicos actuales permiten que sean casi autónomas, sin apenas necesidad de intervención humana. Así, las más modernas cajas registradoras se encargan de cobrar y proporcionar cambio como si de una persona se tratara, facilitando y agilizando todo el proceso de cobro en una tienda o cualquier otro tipo de establecimiento.

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